8 de abril de 2013

La biblioteca del señor Linden (Parte 3)


Foto del libro 'Los misterios del señor Burdick'
Lee las entregas anteriores de este cuento aquí:

Introducción

La biblioteca del señor Linden (Parte 1)

La biblioteca del señor Linden (Parte 2)

De inmediato, Ana sintió como si una brisa invadiera el cuarto. Al principio no pudo leer las letras del libro que acaba de abrir porque una bruma verde y fresca flotaba ante sus ojos, enrareciendo el ambiente.

Era como si estuviera de pronto en un bosque. Alrededor de su cama, escuchaba el sonido del viento entre los árboles, las ramas agitándose, un animal moviéndose sigilosamente entre la tierra. Miró sobresaltada a su alrededor, pero únicamente vio las paredes blancas del cuarto en el que estaba y debajo de los bordes de su cama, sólo la alfombra color marrón. Nada de árboles, nada de animales.

Y sin embargo, estaba segura de que el bosque existía. De que estaba allí cerca. Podía oler el aroma de los pinos al anochecer, podía oír a los pájaros cantando por última vez antes de dormir.

Desconcertada, busco respuestas en el libro. Y entonces pudo leer:

El ocaso ha caído en el bosque de Siamdian. Los animales y las plantas descansan. Las flores han exhalado su último perfume y han cerrado sus pétalos para preparase para el día que vendrá y que será uno muy importante: el día de la coronación de la reina Dai.

Ante la muerte del gran patriarca que gobernó Siamdian durante más de 50 años, su única heredera legítima se dispone a tomar el trono. Los habitantes del reino se oponen, argumentando que es demasiado joven para ostentar el título de reina, pero el bosque la considera la sucesora más digna debido a su enorme amor por la naturaleza.

Ana sabía leer muy bien, pero ahora sentía que las letras temblaban, dándole la impresión de que se resistían a que las leyera. Pero continuó:

Desde que era una niña, hasta su recién comenzada juventud, Dai ha mostrado un amor infinito hacia los pobladores animales y vegetales del reino, pero su timidez extrema le ha hecho rehuir a la gente. Sólo el apoyo del bosque de Siamdian podía asegurar su permanencia en el trono que ocuparía desde mañana. Y sus pobladores estaban decididos a manifestárselo.

La joven Dai dormía en su cama en el palacio, cuando un ruido la despertó. Era un sonido de hojas, como si una enredadera creciera a la velocidad de la luz.

Ana escuchó el ruido también, en su propia habitación: un crujido de hierbas que se acercaba desde la ventana. «¿Cómo puede ser?», pensó. «¡Esto es un libro!».

El aroma del bosque se hacía cada vez más intenso y las palabras en el libro comenzaban a danzar cada vez más, tomando extrañas formas y adquiriendo un color verde intenso a medida que ella leía. Solamente alcanzó a leer una frase más —Estamos aquí para apoyarla, reina Dai— antes de que las letras se convirtieran en pequeñas hojas verdes y una enredadera en explosivo crecimiento se esparciera por las hojas del libro, por sus manos y por la cama de su habitación en la vieja casa del señor Linden.

Continuará...

No hay comentarios:

Publicar un comentario